Hace ya un año que inicié la aventura de este blog, cuya redacción se vio, por motivos
personales, interrumpida durante meses; es por ello que más que celebrar su
aniversario, debo conmemorar hoy su
“renacimiento”, y es por esta razón, en consonancia con las fechas en las que
nos encontramos, que elegí como título este , Memento mori, ‘Recuerda
que has de morir’, frase que tiene su origen en las palabras admonitorias que en las procesiones triunfales
de los generales victoriosos en Roma un esclavo susurraba al oído del
homenajeado mientras sostenía sobre su cabeza una corona de oro, una clara
advertencia de que, a pesar de que vivía
un esplendoroso momento de triunfo, no debía
olvidar ni por un momento su naturaleza mortal:
Respice
post te! Hominem te esse memento!
|
"¡Mira
tras de ti! Recuerda que eres un hombre"
|
(Tertuliano, Apologético, 33)
Tiene, pues, como objeto esta entrada hacer un recorrido
virtual por aquellos lugares de Roma que tienen una enorme carga simbólica, que
recordaban y siguen recordando la fugacidad de la vida, la naturaleza mortal de
los humanos. No son estos, evidentemente, los únicos; hay muchos, muchísimos
diseminados por toda la Ciudad Eterna, pero sí son muy significativos en mi
particular imaginario romano.
He de comenzar, como empieza siempre mi primera tarde en
Roma, por la Cripta de los Capuchinos en la Iglesia de Sta. María de la
Concepción, en plena Via Vittorio Veneto, la
calle que hizo archifamosa
Fellini con su Dolce Vita. El
templo del s.XVII es de estructura sencilla y poco atractiva pero esconde una cripta adyacente situada a la
derecha antes de subir por las escaleras a la iglesia; un pasillo de unos sesenta
metros se abre a cinco capillas donde puede contemplarse el abigarrado
espectáculo de los huesos de unos 4.000 monjes capuchinos que fueron enterrados
allí transformados en flores, guirnaldas, rosetas, lámparas , una clepsidra
alada, estructuras arquitectónicas,
esqueletos enteros de monjes cubiertos con los hábitos franciscanos y
hasta tres pequeños esqueletos infantiles en la última sala, todo ello en medio
de un exigidísimo profundo silencio y un
penetrante olor a humedad. Pese a que hoy el lugar es tildado por muchos de
lúgubre y macabro, era este un lugar de sepultura y reflexión, de oración y de
introspección, donde los monjes acudían cada tarde antes de descansar:
Hic iacet pulvis cinis et nihil, ‘ Aquí yace polvo, ceniza
y nada’ reza la lápida del fundador, el
cardenal Antonio Barberini, que cubre el suelo de la iglesia en el piso
superior.
Pero por raro que hoy pueda parecernos, la cripta está llena
de referencias a la resurrección después del tránsito de la muerte, el esperanzador consuelo cristiano más allá de
la vida terrenal: un lienzo con el episodio bíblico de la resurrección de Lázaro; cráneos con omóplatos que hacen las veces de
alas; uno de los esqueletos infantiles que sostiene una guadaña en una mano mientras que
en la otra una balanza para pesar las obras malas y buenas de los hombres y, como
contrapunto, un reloj de esfera única como símbolo de la eternidad.
No están permitidas las fotos en este lugar, pero propongo como alternativa su propia
página web para admirarlo: http://www.cappucciniviaveneto.it/cappuccini_spa.html
Otro de los lugares cuya visita apunto en este recorrido es
sin duda uno de los más atractivos y curiosos, pero pasa desapercibido para la
mayoría de los visitantes por varias
razones; la primera, porque se encuentra en Santa María del Popolo, una de las iglesias
más visitadas en Roma por la extraordinaria calidad de los Caravaggios que
guarda, las espectaculares La conversión
de San Pablo y La crucifixión de San Pedro, ambas en la Capilla Cerasi, foco de
todas las miradas. Compite también mi lugar con la extraordinaria Capilla
Chigi, creada por el gran Rafael, con las originales tumbas de pirámides de
mármol del banquero Agostino Chigi y su hermano, y que debe su creciente
popularidad de los últimos años a la novela de Dan Brown, Ángeles y demonios, que la convirtió en uno de los escenarios de la
trama; en esta hermosa capilla destaca un suelo de mármol diseñado por Bernini con un motivo bien interesante: un esqueleto
alado en cuya parte inferior figura una filacteria con las palabras Mors ad caelos, ‘La muerte hacia los
cielos’, una perspectiva más positiva del inexorable fin de la vida con la promesa de la salvación
del alma.
Mors ad caelos |
Después de admirar tal tesoro artístico en el interior de la
iglesia, quizá el visitante advertirá al salir, en medio de una notable
penumbra y a la derecha de la puerta, un escalofriante esqueleto de mármol de
extraordinario realismo, cubierto con un sudario blanco y en actitud
implorante, tras un artístico enrejado; de nuevo la finalidad de expresar lo inevitable de la experiencia de la muerte.
Memento mori, Sta. Mª del Popolo (agosto 2010) |
Se trata de la tumba de Giovanni Battista Gisleni, figura italiana del Barroco,
nacido y muerto en Roma, que trabajó como
artista polifacético para la corte polaca; pero lo que posiblemente sólo será
advertido por un avisado viajero son los dos medallones de bronce colocados a ambos
lados de esta Muerte enjaulada. El de la izquierda contiene la imagen de una
crisálida con la inscripción In nidulo
meo moriar, ‘En mi pequeño nido moriré’; en el de la derecha contemplamos a
la mariposa abandonando el capullo, con la inscripción Ut phoenix multiplicabo dies, ‘Como un ave fénix multiplicaré mis días’.
In nidulo meo moriar ... (agosto 2010) |
Posiblemente sea otra
versión, probablemente hebrea, del mismo versículo de Job 29:18, dicebamque in nidulo meo moriar et sicut arena multiplicabo dies’, ‘Y dije: Moriré en mi nido y como arena multiplicaré
mis días’. Para el cristianismo la mariposa es el alma que se desembaraza de su
cuerpo terrenal y se transforma así en la imagen de la resurrección prometida;
así puede explicarse y entenderse la inscripción grabada bajo el esqueleto como
un lema: NEQUE ILLIC MORTUUS, ‘Ni allí muerto’, la vida post mortem, la vida después de la muerte, la verdadera recompensa
para el creyente.
No cabe duda de que este monumento
funerario reúne todas las características para ser considerado una auténtica catequesis visual, por la
contundencia de la imagen y los elementos simbólicos que la rodean; merece,
pues, la pena no perdérselo para vivir una auténtica experiencia barroca.
Trasladémonos ahora a un lugar
visitadísimo, la Basílica de San Pedro
en el Vaticano; la grandiosidad del templo, la excepcional belleza artística
que guarda, la constante marea humana que
lo llena…, quizá no hagan reparar en un curioso detalle. Hay en el corredor del
crucero izquierdo una tumba muy interesante; se trata de la del papa Alejandro
VII, en la que se muestra a la figura de un pontífice humilde, arrodillado en
actitud de oración, sin la tiara, símbolo de su dignidad, y rodeado de cuatro
alegorías, La Caridad, la Verdad, la Prudencia y la Justicia. Bajo el monumento
funerario se abre la puerta de una de las sacristías del templo, tomada aquí en
sentido metafórico como una entrada al Más Allá, una sensación que se
acrecienta por estar medio cubierta por un cortinaje moldeado en jaspe bajo el que emerge, con la cabeza
escondida entre los pliegues, un enorme esqueleto de bronce, fantasmal y casi
grotesco, que eleva hacia el papa en su mano derecha un reloj de arena que ya
ha agotado su tiempo: Sic transit gloria
mundi, ‘Así pasa la gloria del mundo’. Es esta una advertencia clara para todos los
hombres sin excepción porque nadie, por rico
o poderoso que sea, ni tan siquiera la cabeza visible de la Iglesia Romana podrá
escapar a su ineludible cita con la
Muerte.
Tumba de Alejandro VII, Bernini |
Esta tumba de potente efecto teatral que invita a la meditación es obra tardía de
Bernini, uno de los últimos grandes trabajos encargados por el propio Alejandro VII al
artista; no fue, por supuesto, la única tumba papal que realizó. De hecho hay otra anterior, también en San Pedro del
Vaticano, el sepulcro del papa Urbano VIII; en esta ocasión la estatua papal, bendiciendo ,
se muestra sobre su sarcófago digna y poderosa como un soberano invencible, investido
y seguro de su autoridad, en bronce oscuro parcialmente dorado. Contrasta
notablemente con las figuras alegóricas en mármol blanco que representan la
Caridad y la Justicia; del sarcófago emerge un esqueleto alado , una
personificación activa de la Muerte que escribe el nombre de Urbano en un
enorme libro, la Muerte asumiendo el papel de la Fama inscribiendo el nombre
del difunto en el Libro de la Eternidad.
Tumba de Urbano VIII, Bernini |
Para terminar este recorrido iniciado he
de volver al propio Bernini; el gran
artista barroco, el autor indiscutible de algunas de las más brillantes obras
de la Historia del Arte Universal, el hombre que diseñó magníficos mausoleos para papas y prohombres,
tiene, sin embargo, como tumba para él y su familia tan solo una humilde losa
de mármol en el suelo en la Iglesia de
Santa María la Mayor, a la derecha del altar. Sobre ella un escudo heráldico
grabado y una breve inscripción de esperanza en la vida eterna, en consonancia
con sus profundas convicciones religiosas:
NOBILIS
FAMILIA BERNINI
HIC
RESURRECTIONEM EXPECTAT
‘La noble familia de Bernini espera aquí la resurrección’
Y una inscripción en el escalón superior confirma el lugar con modestia infinita:
IOANNES LAURENTIUS BERNINI
DECUS
ARTIUM ET URBIS
HIC
HUMILITER QUIESCIT
‘Juan Laurencio Bernini, orgullo de las artes y de Roma,
aquí descansa con humildad’
Sirvan estas últimas palabras como colofón de esta entrada
que, espero, amables lectores, haya sido de vuestro agrado.
Amiga mía, Profesora de Griego, tengo una información para darte en privado, y no veo tu correo electrónico por ninguna parte. Si me escribes a
ResponderEliminaramarti33@xtec.cat
te la enviaré.
Te envío un gran abrazo.
Antonio Martín Ortiz
Querido amigo Antonio, creo mi dirección de correo debe de andar escondido por la respuesta al comentario de uno de mis lectores en la entrada anterior; hace un momento te lo he enviado al correo que me indicas.
EliminarPor si fuese de utilidad para cualquier otra ocasión lo dejo también aquí:
profedegriego2011@gmail.com
Mil bicos, caro.
Me quedo con Santa María del Popolo, querida profe; fue para mí un momento especial contemplar esos caravaggio; también estuve en Santa María de la concepción, alla en via veneto y en esa tétrica cripta decorada con los esqueletos de capuchinos; no me gustó nada.
ResponderEliminarAprovecho para felicitarte por tu regreso a las tareas blogueras y a brindar por el primer cumpleaños de Se non é vero..., un espacio que informa, entretiene y siempre tan interesante. Felicidades y muchos abrazos.
Gracias, querido Paco, por esas palabras tan hermosas y llenas de cariño que me dedicas en tu comentario; son un estímulo y un enorme ánimo para seguir adelante. Coincido plenamente contigo en la admiración por los espléndidos Caravaggios de Sta. María del Popolo que, junto a los de San Luis de los Franceses, exigirían ellos solos una visita a Roma.
EliminarTe reitero las gracias, caro amigo, y te envío mil biquiños.
Mi querida profe me ha alegrado mucho volver a ver tu reentrada en este maravilloso blog. Muchas felicidades por el añito cumplido, como pasa el tiempo.. si parece que fue ayer ;-)
ResponderEliminarMil bicos amiga
Mi queridiña Jolie, ¡cuánto me alegra tener noticias tuyas por este comentario tan lleno de cariño que me dedicas! Gracias por seguir ahí porque es una delicia escribir cuando sabes que tienes al otro lado de la pantalla lectores tan fieles y maravillosos como tod@s vosotr@s.Espero que sigas bien y deseo volver a leer pronto tus estupendas entradas (echo muchísimo de menos tus "Lunes con humor" que siempre me arrancan una sonrisa para empezar la semana).
EliminarMil bicos, querida amiga, y cúidate mucho.
Gran reentree querida profe. Aunque como ya supondrás mi hermana se te ha adelantado en la explicación de la famosa cripta delos capuchinos. Bienvenida de nuevo y espero mas maravillosas entradas como esta.
ResponderEliminarLos mil besets de costumbre y dos mil mas por tu vuelta.
Graciñas, querido Miguel Ángel, por tus maravillosas palabras de aliento; como le digo a Jolie, es un placer escribir sabiendo que tengo lector@s tan estupend@s y tan fieles después de estos meses de "barbecho bloguero"; prometo seguir al pie del cañón.
ResponderEliminarMe encanta saber que tu hermana (dale un saludo de mi parte) te tenía ya informado de la Cripta de los Capuchinos; lo imaginaba porque es uno de esos lugares que no deja indiferente al que lo visita.
Gracias de nuevo, caro, y yo también te envío mil bicos e unha forte aperta.
Ya lo creo que ha sido de mi agrado. Menudo renacimiento el de tu blog. La cripta de los capuchinos de la que no había oído hablar me ha recordado a otra que también tiene sus paredes forradas de calaveras, aunque sin tanto arte. Esta en el pequeño pueblo de Wamba, a pocos kilómetros de Valladolid. Aún quedan muchísimas pese a que a durante la primera mitad del siglo XX fueron extraídos muchísimas para hacer prácticas de anatomía.
ResponderEliminarCuánto me alegro de tu regreso y cuánto me gustaría que siguieras deleitándonos con estos fenomenales artículos, amiga mía.
Un abrazo.
Querido Dlt, te agradezco en el alma estas hermosas palabras; son para mí un estímulo y un aliciente magníficos para seguir adelante. Saber que cuento con lectores tan entregados y leales es un auténtico lujo.
EliminarMe alegra haber podido descubrirte este pedacito de Roma tan "sui generis"; yo conocía personalmente desde hace años otro lugar parecido en Portugal, en la ciudad de Évora, a "Capela dos ossos" en la iglesia de S. Francisco; se trata de tres naves con sus paredes y pilares "decorados" con casi cinco mil huesos y calaveras cuya misión es recordarnos lo efímero de la vida, el "Sed fugit interea fugit irrepararabile tempus" de Virgilio. Otro ejercicio del Barroco, esta vez luso, que se resume muy bien en las palabras de la inscripción que tétricamente nos recibe a la entrada de la capilla: "Nós ossos que aqui estamos, pelos vossos esperamos" ('Nosotros huesos que aquí estamos por los vuestros.
esperamos')
He oído hablar también de otro osario unos 90 km. de Praga, la iglesia de Kostnice, adornada con, dicen, los restos de 40.000 personas, artísticamente colocados. De ambos lugares te dejo un par de enlaces con imágenes que no tienen desperdicio:
http://efajardo.blogspot.com.es/2010/11/capela-dos-ossos-evora-portugal.html
http://www.dateriles.com/2010/07/la-capilla-de-huesos.html
Mil gracias, caro, y mil bicos.
Amiga mía, Profesora de Griego,
ResponderEliminarDesde luego que es un placer hacer este recorrido por la Roma Eterna, recorrido que nos has ofrecido con la emoción que en ti despierta todo lo Clásico, con el entusiasmo de quien cree en lo que dice y escribe. Ya me imagino yo a tus acompañantes, en esa visita a Roma, disfrutando de tus explicaciones, siempre tan acertadas. Tengo que confesarte que he revivido placenteramente mi viaje a Roma durante este mes de Agosto pasado, y tengo la seguridad de que, si hubiese sido uno de tus acompañantes, el calor insoportable y las deficiencias de los transportes públicos en Roma se me habrían hecho más llevaderos, ante la emoción y la ilusión de tus explicaciones.
Me encanta esa energía y ese entusiasmo que desborda en tus palabras. Desde luego que es la mejor contribución que sea puede hacer al mantenimiento de la Cultura Clásica entre nosotros. Y, de camino, que esos Romanos del XXI pongan un poco más de ilusión y cuidado en conservar el tesoro artístico que tienen, y que no es patrimonio sólo de ellos, sino de la Humanidad entera.
Te envío un gran abrazo, amiga mía.
Mil bicos.
Antonio
Querido amigo Antonio, enorme satisfacción me produce saber que has disfrutado con este recorrido por Roma de mi mano y que mi entrada te ha servido además para recordar ese viaje que hiciste a la Ciudad Eterna hace pocos meses. Gracias por confiar en que la amenidad de esa visita tuya habría aumentado de haberme tenido como "cicerone"; tus palabras son prueba de la alta estima en que me tienes, aunque honestamente no la merezco. He de reconocer que poco mérito tiene ser guía en una ciudad de la que me confieso absolutamente enamorada y a la que siempre he ido acompañada de querid@s amig@s que non han hecho más que incrementar el placer de la visita; en cuanto a los alumn@s que a lo largo de estos años han formado parte de estos viajes, no puedo menos que darles las gracias por su magnífico comportamiento, su activa participación y sus ganas de disfrutar de las explicaciones. Comprenderás, caro Antonio, que, en estas circunstancias, el éxito de estas visitas culturales es todo menos mío.
EliminarTe reitero las gracias por tu encantador comentario y te hago llegar mil bicos.
Querida amiga profedegriego, cómo me ha gustado esta entrada. El mundo de la muerte, es tan especial. Quizás en nuestra cultura estos temas han evolucionado hacia lo tétrico y siempre que se piensa en tratar la muerte, se piensa en lo macabro, pero nada más lejos de la realidad. Me ha impresionado mucho este artículo, tan cuidado, que compartes con nosotros y que, una vez más, nos descubre otra cara de Roma. He aprendido mucho con él, por lo quedo más que satisfecha.
ResponderEliminarUn abrazo!
Querida Coral, mil gracias por tu maravilloso comentario; me alegra infinito que esta entrada te haya gustado y si además te resultado revelador en algún aspecto, me siento más que satisfecha. Mis intensos paseos por Roma, disfrutados siempre en la mejor de las compañías (porque es un lujazo tener gente de Arte al lado), me ayudan a perfilar estos recorridos personales, lejos de los que son más habituales para cualquier viajero; si estos pequeños retazos de la Ciudad pueden contribuir a un mejor conocimiento de ella para próximas visitas, me sentiré muy orgullosa y honrada por ello.
EliminarY tienes toda la razón cuando dices que, habitualmente, cuando se trata el tema de la muerte, se piensa en lo macabro; en ese sentido quizás aquí me sale la vena gallega porque en Galicia existe una convivencia natural con el "Mundo do Alén", del Más Allá. No en vano somos el "Finis Terrae", el fin del Camino de Santiago junto al sepucro del Apóstol(?), la tierra de la Santa Compaña, la visita obligada a San Andrés, el de Teixido, donde, como reza el dicho popular, "Vai de morto o que non foi de vivo", 'Va después de morir el que no lo hizo en vida', eso sí convertido en insecto o pequeño bicho que los romeros se cuidan de no pisar en su camino, por temor a que se trate de alguna de esas almas que cumplen "in extremis" con la obligación. Esta particular forma de relacionarnos con la Muerte constituye para los gallegos una forma también de entender el mundo y la Otra Vida, como algo próximo y, me atrevería a decir, casi familiar.
Querida amiga, vuelvo a darte las gracias y te hago llegar mil biquiños.
Profe!!! Que alegría poder volver a leerte!! Que estupenda entrada nos has preparado para tu regreso. Sin duda quede fascinado con tus descripciones. Todas ellas me han hecho pensar que estaba allí mismo.
ResponderEliminarFelicitaciones también por el añito cumplido, y esperemos que lleguen muchos mas, con muchas mas entradas :P.
Mil Bicos.
Uriel
Querido Uriel, gracias por tus siempre tan gentiles palabras; mucho me alegra que esta entrada de "resurrección" haya sido de agrado para todos vosotros. La conjugación de tiempo disponible y las fechas tan concretas de este noviembre me ofrecían la mejor de las ocasiones para retomar mi labor bloguera, aplazada desde hacía ya demasiado tiempo. Prometo mayor frecuencia de publicación de entradas para este nuevo año de navegación por el Tíber.
ResponderEliminarRoma es siempre para mí un semillero de ideas y espero que este personal itinerario os permita recorrer conmigo alguno de sus interesantísimos rincones.
Gracias de nuevo, amigo, y mil bicos.
Recuerdo perfectamente de mi viaje a Roma que una de las cosas que más me impresionaron fue la contemplación de los maravillosos mausoleos de los papas en la basílica de San Pedro. Y no es para menos dada la maravillosa capacidad de maravillarnos de los artistas del barroco, los maestros de la ilusión.
ResponderEliminarUn saludo
Querida Carmen, gracias por tu visita y por tu comentario; estoy de acuerdo por entero contigo en que el Barroco no deja nunca de maravillar, cautivar y asombrar por su ilusionismo, por sus efectos sorprendentes. Me alegra haber coincidido en la admiración sentida por esos impresionantes mausoleos romanos.
ResponderEliminarMil gracias de nuevo y mil bicos.
Me alegra mucho este renacimiento, tan gozoso... Y más después de ver esos recordatorios de la muerte tan impresionantes. También a mí me han llamado mucho la atención, así que tengo unas cuantas fotografías con esqueletos, calaveras, etc. de distintos lugares romanos. Coincido contigo en lo fascinante que es el barroco romano. Te pongo un enlace en mi blogroll para no perderme ninguna de tus entradas. Saludos cordiales.
ResponderEliminarQuerida Isabel, es un auténtico placer recibir tu visita y tu amable comentario; me alegra saber que compartimos afición por estos lugares tan interesantes y una especial fascinación por el Barroco de Roma que siempre nos reserva un elemento de sorpresa.
EliminarMil gracias por tus atenciones conmigo; recibe tú también mi admiración por tu fantástico blog y mil bicos gallegos.
Acabo de descubrir este blog (el mundo de internet es inabarcable). La entrada es magnifica. Otro más a seguir i seguir aprendiendo sobre Roma.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial.
Francesc
Estimado Francesc, me alegra saber que también este universo virtual de Internet se convierte en un moderno "Todos los caminos conducen a Roma" y nos acerca, por lejos que geográficamente estemos, a todos aquell@s apasionad@s por la Ciudad Eterna.
EliminarGracias por tus elogios que son un estímulo para seguir adelante con un proyecto que inicié con ilusión y con el deseo de trasmitir, a quien pueda interesar, mi profundo amor por esta ciudad que me ha acompañado con su Historia, sus protagonistas, sus obras literarias, sus manifestaciones artísticas, su vida cotidiana, desde los estudios de mi juventud y sigue acompañándome hoy en mis horas de docencia.
Te reitero mi agradecimiento por tu visita y tu comentario tan amable; yo también sigo tu magnífico blog que me proporciona momentos y lugares maravillosos de esta cuidad que nos une.
Mil saludos.