Moneda con Jano bifronte |
Llegado este día bisagra que da el adiós a un año que se va y a uno nuevo que entra cargado de esperanzas, no puedo menos que referirme en la entrada de hoy a uno de los dioses más antiguos del panteón romano, un dios bifronte al que se le representa siempre por medio de una cabeza con dos caras opuestas, una que mira hacia delante, y la otra, hacia atrás: es el dios Jano.
Era Jano dios de la entrada y del tránsito, de las puertas de las casas y de las ciudades, protector de las entradas y las salidas; la mitología lo hace, en ocasiones, una divinidad indígena, y en otras, un extranjero procedente de Tesalia; desterrado en Roma y acogido cordialmente en la ciudad, habría erigido una ciudadela en la cima de la colina, que recibiría así el nombre de Janículo. Habría llegado incluso a reinar en el Lacio y se le atribuyen a su reinado las características de una auténtica Edad de Oro: honestidad ejemplar entre los hombres, paz, abundancia,… Se le tiene por el iniciador de la navegación en barcos y hasta por el inventor de la moneda, y prueba de ello es que las monedas romanas de bronce más antiguas representan en su anverso una efigie de Jano y, en el reverso una proa de barco. Habría sido Jano un dios civilizador, que enseñó a los hombres las ciudades, las leyes, el cultivo de la tierra,… todo en suma.
De su nombre proviene el nombre del mes de enero en castellano y en otros idiomas (January en inglés, xaneiro en gallego, janeiro en portugués, ...), el mes dedicado al dios Jano; al segundo rey de Roma, Numa Pompilio, se le atribuyen, entre otras muchas reformas culturales y religiosas, la institución de un calendario de doce meses lunares, con la adición de los meses de enero y febrero al calendario primitivo de diez meses.
A su muerte Jano fue divinizado y su templo se levantaba en el Foro Romano; era fama que, para conmemorar su intervención milagrosa en la salvación de la ciudad cuando a punto había estado de caer en manos de los enemigos sabinos, su templo tendría la puerta siempre abierta para que el dios pudiese acudir siempre en auxilio de los romanos, de tal modo que esta puerta sólo se cerraba cuando reinaba la paz en el imperio Romano y, en verdad, pocas fueron las ocasiones en que esta puerta estuvo cerrada.
Pero también se le veneraba en otros lugares de Roma y a uno de ellos, interesantísimo, callejeando, nos dirigiremos ahora.
Fachada de S. Nicola in Carcere (agosto 2010) |
Muy cerca del río Tíber, en la zona del Foro Holitorio, el antiguo mercado de verduras y hortalizas, junto al hermoso Teatro de Marcelo, nos encontramos con una curiosa iglesia medieval construida sobre los restos de tres templos romanos que miraban hacia la colina del Capitolio: San Nicola in Carcere. El templo sur, el más pequeño, es también el edificio más antiguo y probablemente estuviese dedicado a Spes, Esperanza; seis de sus columnas aún hoy son visibles en el muro exterior, en el lado izquierdo de la iglesia.
Restos del templo de Spes (agosto 2010) |
El templo central probablemente es el más reciente de los tres y fue añadido el último; algunos de sus restos son visibles todavía hoy bajo la iglesia, cerca del ábside: muy probablemente el templo estaba dedicado a Juno Sospita, la protectora de los nacimientos.
Interior de S. Nicola in Carcere (agosto 2010) |
El templo norte es el mejor conservado; está situado a la derecha de San Nicola in Carcere. Se alzaba sobre un podio recubierto de bloques de mármol travertino y estaba precedido de una escalera. Probablemente el templo estaba dedicado a Jano y, según las fuentes, estaba localizado junto al Teatro de Marcelo. Construido en época republicana, durante la Primera Guerra Púnica, por Dulio, el triunfador de la batalla de Myla, fue reconstruido en varias ocasiones hasta época de Adriano.
Restos del templo de Jano, junto a S. Nicola (agosto 2010) |
Sobre la base de estos templos, en el año 1000, fue construida la iglesia, dedicada a continuación a San Nicolás, en 1128, con el añadido de “in carcere”, es decir, en la cárcel, en recuerdo, quizás, de la vecina Cárcel Mamertina; otra hipótesis nos habla de que la denominación proviene de que el propio lugar pudo haber sido usado como prisión, antes de haber sido iglesia. Hoy está dedicada a San Nicolás de Mira, al que la comunidad griega, de antiguo establecida en esta área próxima al Foro Boario, tenía gran devoción. Y de nuevo el motivo de estas fiestas navideñas nos asalta, pues San Nicolás de Mira es más conocido en Occidente como San Nicolás de Bari; el santo había muerto en la ciudad de Myra (Turquía), pero sus restos fueron trasladados a la localidad italiana de Bari.
Este San Nicolás ha gozado y goza de gran celebridad y devoción tanto en Oriente como en Occidente y a él hay dedicados más de dos mil templos en todo el mundo. La tradición nos habla de su carácter afable, piadoso y generoso, especialmente con niños y jóvenes, y entre sus múltiples milagros atribuidos se nos narra uno especialmente curioso: sabedor el santo de las dificultades económicas de tres muchachas para tener dote, sin ser visto, dejó caer por la chimenea de su casa monedas de oro que, ¡oh, casualidad! , fueron a caer en las medias de lana que las jovencitas habían dejado a secar junto al fuego por la noche. De aquí al Santa Claus que la noche previa a la Navidad visita los hogares dejando para los más pequeños regalos, no media nada.
Además no podemos olvidar que los antiguos romanos celebraban en estas fechas las Saturnales, festividades en honor al dios Saturno, en las que entre el 17 y el 23 de diciembre se adornaban las casas con plantas, se encendían velas, se celebraban banquetes y entre amigos y familiares se intercambiaban obsequios, para concluir el día 25 con la fiesta del Dies natalis Solis Invicti, el festival del nacimiento del Sol Inconquistado, cuando el sol entra en el signo de Capricornio, el solsticio de invierno, dando fin al momento más oscuro del año.
Y así hilando, como en una guirnalda navideña, fragmentos de Historia romana con pequeñas historias de mitología, pinceladas de Arte con Arqueología, tradiciones de remotos orígenes que perviven hoy, hemos llegado al final. Sólo me queda, amig@s bloguer@s, cuando quedan unas horas para la cuenta atrás, desearos un venturoso Año Nuevo 2012, que traiga para todos mucha salud, esperanza en el futuro y paz para mujeres y hombres de buena voluntad.
Que el Año Nuevo sea para vosotros próspero y feliz!
Gracias por estar ahí y mil bicos.